sábado, 23 de junio de 2012

Milagro de la Virgen Del Valle

                                                               MILAGRO DE LA PERLA


Un humilde pescador de nombre Domingo, nativo de Punda, como todas las mañanas, se sumergió en las profundidades del mar en busca de las codiciadas perlas que hicieron célebre la isla de Cubagua, y que motivaron la conquista en esta parte del continente por parte de los españoles ¡..De pronto..! cuando revisaba el manto de coral, fue embestido por la filosa púa de una furiosa manta raya que rondaba los criaderos de ostras… Como pudo, salió a la superficie y llegó sangrante a la orillas, donde fue atendido por los lugareños que, en vano, intentaron parar la infección que había gangrenado la pierna… De nada sirvieron los remedios para sanar su herida… La pierna se le ulceró hasta la rodilla y sólo su amputación podía salvarle la vida, lo que también significaba la muerte para un hombre de la mar. Ante un desenlace fatal, Juan, su mujer, invocó al milagro de la Virgen del Valle… y a los pocos días su pierna sanó sin más remedio que los rezos y oraciones de su creyente esposa. Domingo con un agradecimiento infinito, le prometió a la Virgen la primera perla que obtuviera cuando nuevamente volviera al mar… Sintiéndose seguro por el aura protectora de la Virgen del Valle, volvió al mismo lugar para extraer la valva de una inmensa ostra que halló sujeta al manto de coral… Al abrirla, su rostro mostraba el asombro de tan singular descubrimiento… ésta no era una perla común… era nada más y nada menos que una curiosa perla que asombrosamente delineaba la forma de su pierna y mostraba hasta el rastro de su cicatriz. Hoy la perla, en forma de pierna, puede ser admirada en un manto bellamente tejido que se expone en el Museo Diocesano del Valle del Espíritu Santo.


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